El amor es sorprendente, a veces aparece cuando menos lo esperas y a menudo sus caminos son sinuosos.
Ernesto y Natalia se conocieron, se gustaron y después de meses de largas conversaciones por internet decidieron tener una cita y... fue la confirmación de su amor. Ese amor que habían cultivado y que había ido creciendo poco a poco sin a penas hacer ruido. Luego vinieron las niñas de sus ojos y unos años después decidieron formalizar su relación. Ernesto prometió en sus votos seguir mirándole el culo a Natalia como el día que la vio por primera vez y nos hizo reír en una ceremonia nada convencional dirigida magistralmente por Fran, de Casarte by Fran Pérez, todo un profesional de la comunicación. No pudieron elegir mejor oficiante. La decoración elegida para la ceremonia a cargo de Segorflor muy tendencia: un círculo vegetal, símbolo del amor infinito y de esas alianzas que se iban a intercambiar y que les recordarían cada día ese momento mágico. Disfrutad con las imágenes de esta preciosa boda captadas por la cámara de dhosphotography
